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Finalmente el marido con su concubina y su siervo tomaron la decisión de marchar, pero una vez más su suegro, el padre de la joven, le dijo:

— Mira, la tarde está cayendo. Pasa aquí la noche, te sentará bien. Y mañana de madrugada os vais y regresáis a vuestra casa.

10 Pero el hombre no quiso pasar la noche allí. Se puso en camino y llegó frente a Jebús, o sea, Jerusalén. Llevaba consigo los dos asnos cargados, a su concubina y a su criado.

El crimen de los vecinos de Guibeá

11 Cuando llegaban cerca de Jebús, declinaba ya el día. El criado dijo al amo:

— Deberíamos hacer un alto en el camino y entrar en esa ciudad de los jebuseos para pasar la noche en ella.

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